domingo, 18 de marzo de 2007

Las primeras y pequeñas aventuras de Patrimonín


Nació tras una noche larga. Lo entregaron en adopción, porque no podía retener sus extraños impulsos de dar a conocer Valparaíso y de paso, darse a conocer él mismo. Tiene sentido del espectáculo y se nota que la calle le sienta bien; que nació para estar allí. Por eso duró poco rato en casa, sus tutores no tuvieron otra opción más que dejarlo andar...


La curiosidad lo motiva pese a los baches que pueda encontrar en el camino

Su fe está en conocer su nuevo entorno. Necesita saber a ciencia cierta, cual es su misión en este mundo.



Desde el principio de este primer viaje, hizo de amigos entre sus pares...

También conoció y se codeó con los poderosos de la ciudad



Eso sí, su viaje no estuvo exento de riesgos.


A poco andar descubrió el valor de los paisajes porteños



Creando en él la llamada Conciencia Patrimonial. Ya estaba formándose su futura identidad.



Esa toma de conciencia incluyó ponerse al día con los problemas que aquejaban a su entorno inmediato...


Además de informarse, a Patrimonín le gusta la sana diversión. Sobre todo si su equipo favorito es el que juega.



Así que manos a la obra, aprovechando toda la tecnología que tiene a mano, rumbo a Viña del Mar.


No perdió tiempo en intentar hacer nuevos amigos. No se amilanaba frente a la indiferencia.



Supo algo sobre la gastronomía en la ciudad vecina


Admiró las bellezas arquitectónicas locales, como el Palacio Rioja




Hasta que llegó a Sausalito. Eso sí, tuvo que esperar como todos. Claro, no estaba en sus nuevos dominios.


No demoró mucho en encontrar una buena ubicación



Y disfrutar del encuentro, aunque no en su tribuna preferida. Al menos su equipo no perdió. Una buena señal del destino...




Ya de vuelta a casa, tras le experiencia del viaje, su formación ya estaba completada


Valparaíso era el lugar donde debía estar. Un lugar con patrimonio a tope. El combustible que lo mueve.



Así las cosas, sólo quedaba jurar...


El Fin